Científicos de la Universidad de Texas han ideado una técnica innovadora para mejorar los implantes cerebrales con electrodos metálicos que provocan determinadas respuestas neuronales: han recubierto los electrodos con nanotubos de carbono, consiguiendo así aumentar su rendimiento hasta 1.600 veces. Este logro abre nuevas expectativas para la mejora de las terapias de estimulación eléctrica cerebral y el desarrollo de prótesis con sensibilidad.
Los electrodos de metal se utilizan cada vez más en implantes cerebrales que ayudan a tratar la depresión y los temblores del Parkinson, entre otras enfermedades.
Estos dispositivos, que consisten en estimuladores electrónicos de los nervios, han servido asimismo para proporcionar a pacientes tetrapléjicos la posibilidad de mover un cursor en la pantalla del ordenador, o a monos la capacidad de mover objetos de un entorno virtual simplemente con el poder de la mente. Además, para los individuos que llevan prótesis, estos estimuladores ofrecen la promesa de restablecerles en un futuro próximo las capacidades sensoriales.
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